Lectores se necesitan

Lectores se necesitan, parece un aviso clasificado promovido por un humorista que se hace el plato con un escritor fracasado, una frase más parecida a Groucho Marx que a cualquiera de los dueños de una librería en desgracia. Dicho sea de paso, a Groucho le pertenece la frase:

Considero que la televisión es muy educativa. Cada vez que alguien enciende el televisor salgo de la habitación y me voy a otra parte a leer un libro.

Groucho Marx

Lectores se necesitan para sostener el talento

En los tiempos que corren, los escritores estamos signados por las dificultades propias del mercado. Resulta imprescindible separar la industria editorial del escritor, que en la cadena de valor es apenas un proveedor de materia prima. Claro que su participación en la torta es inversamente proporcional a lo que recibe. Así como sin leche no hay dulce de leche, no hay libros sin producción intelectual. Las regalías casi nunca superan el 10%.

Se necesitan lectores porque el aparato promocional tira elefantes a la cancha y la cuota de exhibición se reduce a la nada, para los que no juegan en las ligas mayores. No hay chance de tener un lugar en una librería para un escritor independiente así que aparecen las editoriales como Dunken, Tinta Libre, o Imaginante, entre otras, que han enfocado el negocio en el servicio editorial para este tipo de autores. Se ocupan de todo: del arte, las tramitaciones, la impresión, la comercialización, la edición digital, etc. Se financian con la inversión del autor.

El escritor deberá intervenir no solo con su dinero, sino con la comercialización del sobrante, con la promoción de su obra. Difícil será que recupere su inversión, menos aún que gane dinero. El talón de Aquiles sigue siendo la falta de lectores.

Por eso lo de “lectores se necesitan”, con voluntad de pagar por un autor desconocido, que es una incógnita en sí mismo. Ya se está viendo el loop. El lector que vaya a invertir en un libro, irá a lo seguro, una minoría por la que todos los demás autores competiremos en una franja exigua del mercado. 

Lectores que paguen por los libros que leen

Una encuesta realizada en 2020, en un universo de 7.186 casos, sobre hábitos de lectura, dio como resultado que el 62% de los argentinos lee libros en dualidad tanto en formato papel como electrónico. Las editoriales declaran que entre el 5% a 10% de sus ventas son de libros electrónicos… ¿Dónde están lo que faltan?

Más información en la nota: Pandemia y literatura…

Lectores se necesitan: Vídeo de cottonbro 

La diferencia de libros vendidos y libros leídos está en las plataformas extranjeras y sitios de descargas gratuitas, muchas de ellas piratas. Existe una mayoría de lectores que no pagan por libros que leen.

Otro dato importante de la encuesta, es que el libro papel se asocia al descanso y al desenchufe, el 53% lee libros en papel en vacaciones o durante el fin de semana y un 67% antes de dormirse. Muy escaso el tiempo de lectura disponible para tanta letra escrita…

Por lo tanto, a los escritores independientes nos queda un trabajoso sendero de esfuerzo y resistencia, vendiendo los libros de a uno, por el mecanismo que sea. Redes sociales, venta en tiendas personales o por Mercado Libre; el viejo modelo de venta directa del Círculo de Lectores, que opera en todo el territorio nacional.

Seguiremos pagando por la impresión, o haciendo un curso de autoedición, que es el modelo que yo elegí y estoy empezando a difundir entre la inmensa comunidad de autores que buscan editorial. El tema es ser inteligentes, pacientes como pescadores y laboriosos en todo el proceso que va del autor hasta el lector.

Lectores se necesitan, porque, como dijo Ralph Waldo Emerson: Un hombre se conoce por los libros que lee.  

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