Dijo Joanne Rowling: “Todavía no me he olvidado de lo que se siente cuando no sabes si vas a tener suficiente dinero para pagar las facturas”. Esta frase marca el carácter de una persona que rascó el fondo del tarro antes de acceder al consejo de esconder su nombre de mujer en un gris seudónimo, que le permitiera a su editor convertir la historia de un aprendiz de brujo en un negocio multimillonario.