Jorge Luis Borges, fervores y letras publicadas por fuerza propia

Jorge Luis Borges escribió en el prólogo de la reedición de Fervor de Buenos Aires en 1969:

…aquel muchacho que en 1923 lo escribió ya era esencialmente ¿qué significa esencialmente? – el señor que ahora se resigna o corrige. Somos el mismo; los dos descreemos del fracaso y del éxito, de las escuelas literarias y de sus dogmas; los dos somos de Schopenhauer, de Stevenson y de Whitman. Para mí, Fervor de Buenos Aires prefigura todo lo que haría después. Por lo que dejaba entrever, por lo que prometía de algún modo, lo aprobaron generosamente Enrique Díez-Canedo1 y Alfonso Reyes2.

Es que básicamente toda la obra de un autor, tiene un valor definitivo, aunque sea el comienzo del camino, cuando no está muy claro todavía que un día te vas a convertir en Borges.

Los secretos de la distribución

La anécdota fría, nos dice que Fervor de Buenos Aires es la primera obra publicada de Jorge Luis Borges. Un poemario de 60 páginas sin numerar, sin índice ni prólogo y con algunas erratas, sufragada por el autor en Imprenta Serrantes, financiada por su padre y con arte de tapa de su hermana Norah. Se imprimieron 300 ejemplares, corría el año 1923.

Jorge Luis Borges

Cuenta Borges en su Autobiografía: En aquellos tiempos publicar un libro era una especie de aventura privada. Nunca pensé en mandar ejemplares a los libreros ni a los críticos. La mayoría los regalé. Recuerdo uno de mis métodos de distribución. Como había notado que muchas de las personas que iban a las oficinas de Nosotros —una de las revistas literarias más antiguas y prestigiosas de la época— colgaban los sobretodos en el guardarropa, le llevé unos cincuenta ejemplares a Alfredo Bianchi, uno de los directores. Bianchi me miró asombrado y dijo: “¿Esperás que te venda todos esos libros?”. “No —le respondí—. Aunque escribí este libro, no estoy loco. Pensé que podía pedirle que los metiera en los bolsillos de esos sobretodos que están allí colgados”. Generosamente, Bianchi lo hizo. Cuando regresé después de un año de ausencia, descubrí que algunos de los habitantes de los sobretodos habían leído mis poemas e incluso escrito acerca de ellos. De esa manera me gané una modesta reputación de poeta.

Hablamos de Borges, regalando su primera obra. Esos ejemplares hoy son tesoros de coleccionistas. Quienes los poseen o los comercializan, los tratan como incunables. La falta de un editor puso en crisis la distribución del libro, y la publicidad del mismo a la hora de la venta; el autor debía ocuparse de estos asuntos, lo que no parece ser un tema menor, aunque en aquellos tiempos eran moneda corriente.

Borges POrtada del libro
Portada original de Norah Borges

Prepararse con ingenio

Mucho del talento del escritor, de su energía creativa, está puesto en la concepción y ejecución de su obra. La obra se realiza definitivamente, dicho esto en términos de “psicología”, en las manos del lector, por lo cual el esfuerzo recién comienza. Llegará el tiempo de intentar presentar nuestro texto a una editorial importante o ingresar en concursos literarios. Si esto no resulta, como suele sucederle a una amplia mayoría de escritores talentosos que no acceden al beneficio de la recepción de su trabajo, habrá que pensar en el paso siguiente.

A falta de un editor, una vez terminado el libro, tendremos que pensar en cómo vamos a desarrollar el resto del proceso comercial. En este punto hay tres posibilidades:

  1. Editoriales de autopublicación que se hacen cargo del arte, la impresión, la tramitación legal, y la venta de una parte de los ejemplares impresos, tanto en papel como en digital y en registro sonoro. Los ejemplares no vendidos son devueltos al autor para que se haga cargo.
  2. Imprenta (el modelo que tomó Borges con Serrantes), donde el arte, la impresión, la tramitación y la distribución son responsabilidad del autor.
  3. La autogestión editorial. El autor decide hacerse cargo de todo el proceso y con el uso de herramientas, explotando habilidades o capacitándose por ejemplo, imprimiendo los libros de a uno, en casa.

Para quienes el punto tres les suene utópico, les cuento que es posible y que mi segunda y tercera novela se comercializan con este procedimiento.

Volviendo a Borges, para su segunda publicación el legendario escritor encontró una alternativa excelente, en 1930 publicó el ensayo Evaristo Carriego gracias al editor Manuel Gleizer, de quien les contaré la semana próxima.


1 – Enrique Díez-Canedo Reixa ​ fue un poeta postmodernista, traductor y crítico literario español. ​ Fue embajador español en Uruguay y en Argentina. ​

2 – Alfonso Reyes Ochoa, conocido como Alfonso Reyes, fue un poeta, ensayista, narrador, traductor, humanista, diplomático y pensador mexicano. ​​​ Se le conoce también como «el regiomontano universal». ​​​

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4 comentarios en “Jorge Luis Borges, fervores y letras publicadas por fuerza propia

  1. Te felicito por tus notas! Grande Borges, y muy buena la parte donde escribes sobre prepararse con jngenio

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