Carlos Gardel muere en accidente de avión ocurrido en el aeródromo Olaya Herrera de Medellín, en Colombia, el 24 de junio de1935. La historia oficial indica que una fuerte ráfaga de viento desvió la nave de la pista causando el choque con otra aeronave estacionada. Sin embargo, hay algunas inconsistencias con las que la mitología se hace una panzada.
«El piróscafo me lleva hasta la villa donde impera Chevallier, y como criollo, hoy parto a conquistar a ese país bacán y copero, con nuestro gotán porteño».
Carlos Gardel
Gardel: morir o no morir
Mientras la crítica se preguntaba si el Zorzal necesitaba una muerte de cierta envergadura para convertirse en mito, hay una primera definición que despeja toda duda: Gardel ya era un mito viviente, sus tangos se floreaban por el mundo y filmaba películas en Hollywood.
Una vez repatriados sus restos a la Argentina, los multitudinarios funerales desbordaron el Luna Park y el multitudinario cortejo fúnebre que lo depositó en La Chacarita ha sido comparado con el de Hipólito Yrigoyen tres años antes.
La primera teoría de la tragedia, es sobre un tiroteo a bordo que mató o hirió al piloto Ernesto Samper Mendoza. Una vertiente de la teoría la define como accidental, en una discusión entre Le Pera y Gardel. La otra vertiente, el disparo directo luego de una discusión entre el Zorzal y el piloto, por una mujer.
Cuenta Felipe Pigna en su libro Gardel, que Samper era el piloto mejor preparado de Colombia, aunque tenía muy corta experiencia en aviones de gran porte y para peor, llevaba un copiloto sin experiencia en vuelos y un exceso de kilos que habría sido definitorio en la maniobra.
Otra de las mitologías creadas en torno al accidente decía que Samper estaba alcoholizado. Y no faltó la versión que le endilgaba una maniobra de vuelo rasante sobre una nave de la empresa alemana SCADTA, la principal competencia del Servicio Aéreo Colombiano (SACO), de la que Samper era el dueño, como demostración de fuerza.
La más descabellada de las teorías habla de que Gardel no murió en el accidente. Sobrevivió con el cuerpo mutilado y la cara desfigurada, por lo que decidió retirarse de la vida pública. Los mitos suelen generar este tipo de elucubraciones. ¿O no es que Elvis está vivo?
Volver con la frente marchita
La repatriación de los restos de Carlos Gardel, es propia de la literatura novelesca. La Cancillería Argentina inicia el trámite en diciembre de 1935, tiempo mínimo dispuesto por las autoridades colombianas para una exhumación definitiva. Fue colocado en una caja metálica con detalles artísticos.
El traslado desde Medellín hacia el puerto de Buenaventura se realizó consecutivamente por tren, en autos particulares y a lomo de mula. Una vez en el puerto, debía venir por el pacífico hasta Chile desde donde viajaría a Buenos Aires en el tren Transandino. Pero salió rumbo a Nueva York con escala en Panamá. Y luego de una semana de velatorio parte para Buenos Aires, pasando antes por Río de Janeiro, y por Montevideo (donde es velado durante una noche). Llega a la Argentina el 6 de febrero de 1936 luego de un largo periplo forzado, según dicen, por el interés del gobierno argentino en esconder de las tapas de los diarios, el asesinato de Enzo Bordabehere y la denuncia de dos ministros por sobornos en la exportación de carne hacia el Reino Unido.
Sus ojos se cerraron y el mundo sigue andando
Los mitos refierenrelatos tradicionales, tienen carácter de sagrados y simbólicos. Hablan sobre seres fantásticos y sucesos extraordinarios. Gardel cumplía estos requerimientos aun estando en vida.
El zorzal, el Morocho del Abasto, no quería subirse a ese avión fatídico. Hay testigos que aseveran que tanto él como sus músicos tenían mucho recelo, no estaban tranquilos, las condiciones de la pista no eran las mejores. El vuelo se dirigía al Aeropuerto de la Base Militar de El Guabito en Cali.
El desembarco de sus restos en Buenos Aires, se llevó a cabo en medio de un silencio estremecedor y los sollozos de sus fanáticos, como con todos los ídolos populares en Argentina: Evita, Perón, Maradona… Durante la procesión, el pueblo entonó sus tangos.
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